En términos simples, genética significa algo que ver con tus genes, que son un segmento de tu ADN.
Las causas del cáncer pueden ser genéticas o adquiridas debido a diversos factores ambientales, agentes infecciosos o cambios en el estilo de vida.
No todos, salvo ciertos cánceres, pueden deberse a un rasgo heredado, que se debe a mutaciones en los genes.
En el más simple de los términos, las mutaciones pueden denominarse cambios irreversibles en sus genes.
Por ejemplo, CAT puede estar mal escrito como CAD. La palabra ‘gato’ ahora pierde su significado. Del mismo modo, las mutaciones en los genes pueden tener una amplia gama de consecuencias (desde ningún problema hasta anormalidades graves).
Las mutaciones tienen lugar en cada individuo, pero solo algunas permanecen sin reparar y pueden transferirse a la siguiente generación si se produce en las células germinales. A medida que uno crece, estas mutaciones se acumulan y pueden llegar a una etapa donde todas las características del cáncer se vuelven visibles.
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A medida que la tasa de mortalidad disminuye y la esperanza de vida aumenta, aumentan las probabilidades de que un individuo desarrolle cáncer a medida que envejece. Además, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el estilo de vida sedentario y la obesidad están allanando el camino para que esta enfermedad alcance proporciones epidémicas.
