Siempre.
Si tengo una excusa para hablar con ellos, mencionaré algo que he notado, de manera positiva, para saber si algunos de mis cálculos son correctos.
¡He aprendido que muchas personas tienen historias fascinantes! Ayuda tanto a mi escritura de ficción como a la de no ficción y es más ilustrativa que vivir en una burbuja ya conocida.