No hay manera de saber. Ni siquiera conocemos los antecedentes genéticos completos de los cánceres. Tampoco tenemos un mapa de epigenoma humano. La epigenética, que es un cambio no hereditario en el ADN, es la mitad de la batalla cuando se lucha contra el cáncer. En este momento, sin eso, estamos tratando de combatir el cáncer con una sola mano.
Dado que todos los cánceres son únicos a su manera, no tendremos una solución que se aplique a todos. Además, todavía no contamos con un método lo suficientemente confiable para la administración de terapia génica.
Entonces, existen lagunas tanto en el conocimiento teórico como en la tecnología, pero en el siglo XXI la tecnología se desarrolla tan rápido. Así que tenemos un largo camino por recorrer, pero podría haber una buena sorpresa como el surgimiento de una nueva tecnología, o una mala como la forma en que nos dimos cuenta después del proyecto del genoma humano (la genética resultó ser mucho más complicada de lo que se pensaba). Simplemente hay tantas variables y partes desconocidas para dar una respuesta definitiva.