En el escenario hipotético de que la eutanasia está legalizada, una serie de cuestiones me seguirían preocupando como proveedor de servicios de salud y tal vez también como pariente más cercano:
- ¿Cuáles son los deseos del paciente?
- ¿Quién decidió que la enfermedad es terminal y el sufrimiento grave e intratable lo suficiente como para merecer la eutanasia.
- ¿Estuvo el equipo médico tratando al paciente adecuadamente calificado y con experiencia en la evaluación del papel del control de los síntomas (cuidados paliativos)?
- Son los factores externos que afectan la decisión, por ejemplo, el aumento del costo de la asistencia sanitaria, la herencia y los problemas de propiedad
Mi opinión personal es que, como sociedad, probablemente no estamos preparados para la eutanasia. Estoy de acuerdo en que algunas personas sufren mucho y exigen eutanasia (incluso pueden tener razón) pero, como generalización, es posible que no podamos manejar bien esta libertad en este momento.