Al contrario de lo que piensa la mayoría de la gente, el café y el té pueden ser adictivos. No en el sentido de que tendrá síntomas graves de abstinencia similares al alcohol o al tabaco, pero tendrá síntomas como dolor de cabeza, irritabilidad, falta de concentración e incapacidad para llevar a cabo las funciones normales del día. Hay muchos estudios realizados donde las personas que creen que no son adictas, se saltan la cafeína por un día y pasan por los llamados “síntomas de abstinencia”.
La cafeína es adictiva porque bloquea el receptor de nuestro cerebro (adenosina), lo que a su vez permite que la dopamina (el químico feliz) funcione de manera más eficiente. A medida que consumimos más cafeína, desarrollamos una tolerancia a ella. Entonces, cuando una persona pierde su dosis diaria, nuestro cerebro pierde el equilibrio y libera más adenosina y disminuye los niveles de dopamina, lo que produce los síntomas de abstinencia.