Supongo que la libertad es inalcanzable, si la defines en términos cósmicos. Como todo lo demás en este valle de lágrimas, la libertad es condicional. La medida en que la disfrutemos depende no solo de un orden político en el que los derechos y las libertades están protegidos, sino también de un contrato social que impone limitaciones al comportamiento humano.
La razón por la que “la libertad no es gratis” es una perogrullada es precisamente porque es tan cierto. Se necesita mucho trabajo y dedicación para crear, mantener y defender un orden político y social que permita a los seres humanos disfrutar de una cierta libertad. Cuando ese trabajo no se hace, cuando esa dedicación marca, la libertad se marchita. Esta, de hecho, es la crisis de Occidente hoy. En nuestra época de gobierno burocrático y estado de bienestar, es triste ver cuántas personas regalarán su libertad a cambio de un cheque regular del Ministerio de Abundancia.