Mi sueño favorito sucedió cuando era un niño pequeño. Fue tranquilizador y básicamente transmitió la idea y la sensación de que mi vida sería larga y fácil. Ahora, a los 67, puedo decir que fue absolutamente exacto. La vida resultó ser maravillosa y los desafíos la convirtieron en una gran aventura.
Me enseñó a no tener miedo y ser positivo.