Leer un buen libro puede hacerle perder la noción de su entorno. Te sientas en la misma posición, sin movimientos significativos, durante demasiado tiempo. Y puede olvidarse de beber regularmente. Resultado: rigidez en el cuello (o hombro, o espalda), que puede manifestarse como un dolor de cabeza; y deshidratación.
Tenga a mano un gran vaso de agua cuando se siente a leer y asegúrese de beberlo. Muévase un poco al final de cada capítulo: estire el cuello de lado a lado, encoja los hombros, póngase de pie y haga algunas curvas laterales. Si es necesario, configure una alarma para un intervalo conveniente, para que no lo olvide.