Puede que su lado físico (su Ego) no le guste, pero algo en él intriga su espíritu.
Porque Dios habla una vez, incluso dos veces, sin embargo, los humanos no lo perciben. En un sueño, él habla, en una visión de la noche, cuando el sueño profundo cae sobre los humanos, en los sueños en la cama.