Las imágenes de personas en nuestros sueños simbolizan aspectos de nuestra propia psique que proyectamos sobre otros. Siempre hay algún tipo de asociación que tenemos con las imágenes de los sueños. Para ilustrar, en la producción cinematográfica de ‘El mago de Oz’, el viaje de Dorothy a Oz se convirtió en un sueño. Sus compañeros de sueño: Espantapájaros, Hombre de hojalata, León e incluso Toto, su perro, pueden verse como proyecciones del propio intelecto, la empatía, el coraje y el instinto de Dorothy, respectivamente. De hecho, a cada personaje se le puede asignar un rol que deriva de la propia psique de Dorothy. La Bruja Malvada (claramente una proyección de la desagradable Miss Gulch), los Monos Alados, los guardias de la Bruja, etc., pueden ser aspectos de su “Sombra”, aspectos de la personalidad que rechazamos y reprimimos en la inconsciencia pero que todavía son parte de nuestra propia psique. Una cosa es proyectar nuestros aspectos negativos en las imágenes de los sueños, pero en la vida real este proceso se convierte en la base del prejuicio. El odio se basa en el miedo.
Los sentimientos con los que despertaste ya estaban presentes en tu psique y esta persona en particular ha servido como una pantalla para proyectarlos. La persona real no es la fuente de tus sentimientos, solo los evoca en ti. Esto sucede inconscientemente en su mayor parte. Cuando trabajaba con adolescentes, a veces aconsejaba a un niño que estaba siendo maltratado por su madre porque le recordaba a su madre que su padre había abusado o abandonado a su madre. La mujer no era consciente de por qué su hijo la molestaba tanto. Esto funciona con afecto también. Algo acerca de esta persona a la que realmente no le importas ha provocado una asociación con alguien a quien le das o has sentido afecto. La verdad del asunto es algo que generalmente veo durante las sesiones de hipnoterapia.