Yo quería ser un bailarín de ballet, y lo hice. También quería trabajar con caballos, lo cual también hice. Mis objetivos continúan evolucionando y cambiando yo como lo hago. Supongo que siempre he sido afortunado de nunca haber renunciado a lo que amaba. Simplemente bajé la cabeza e hice el trabajo hasta que lo logré. Cuando las cosas se pusieron difíciles lo miré desde todos los ángulos, tratando de encontrar el camino para superar el desafío. El hábito me ha servido bien en la vida.
Cuando era niño, siempre dibujaba (caballos y bailarines de ballet, jajaja). Ahora, además de trabajar como entrenador de vida, también pinto, así que parece que estoy cumpliendo una meta o pasión subconsciente que tuve cuando era niño.