Sí, definitivamente. Solía soñar con convertirme en una gimnasta olímpica (gracias a Nadia Comaneci). También soñé con convertirme en astronauta (aún creo que algún día veré Marte). Soñaba con convertirse en francotirador, marino, asesino; de hacer documentales; viviendo en un yate y navegando alrededor del mundo; de estrellar mi avión en el océano Pacífico y ser “naufragado” en una isla tropical desierta; de ganar la lotería y salvar a todos los huérfanos, gatos, perros y caballos del mundo; soñaba con convertirse en un autor de ciencia ficción de renombre mundial; de convertirme en un empresario multimillonario y, por supuesto, salvar el planeta con todos mis inventos …
¿Cómo se siente? Se siente bien. Aunque no he logrado estos sueños con éxito, me han dado esperanzas y me han hecho la vida más interesante y emocionante, y aún así me inspiran a seguir creciendo. (Ok, a excepción de los francotiradores y asesinos) 🙂