Mucha gente dice que existe tal cosa como escribir tus sueños. Y realmente hay un nivel de conciencia de los sueños en el cual parece que su mente cognitiva sí escribe de la manera en que se desarrollan nuestros sueños. La realidad, sin embargo, es que nuestra mente inconsciente todavía tiene el control total del guión de nuestros sueños, y simplemente está utilizando la participación de nuestra mente cognitiva como parte de la declaración simbólica del sueño. En otras palabras, las cosas que colocas semiconscientemente en tus sueños (para guiarlas) es en realidad una parte de tu sueño.
Del mismo modo, los pensamientos que tenemos sobre el posible significado de nuestro sueño suelen ser también una extensión del sueño, y deben interpretarse por su significado simbólico tal como debe ser el resto del sueño.
Debemos entender este punto; es nuestra mente cognitiva la fuente de todos nuestros problemas. Nuestra mente inconsciente está trabajando constantemente para resolver los problemas que nuestra mente cognitiva genera en sus intentos subjetivos de vivir nuestra vida. Y a pesar de que los contenidos (sueños, compulsiones, obsesiones, intuiciones, etc.) que emergen de nuestra mente inconsciente nos parecen destructivos o aterradores, en realidad están diseñados para la restauración de nuestra psique en mente. Y si alguna vez conseguimos obtener el valor completo de nuestro contenido generado inconscientemente, siempre para obtener la visión curativa que ofrece, debemos aprender a traducir el lenguaje simbólico en el que nos está hablando.
Nuestro problema no son las cosas terribles que genera nuestra mente inconsciente. Nuestro problema es que hemos perdido la armonía con nuestra mente inconsciente y que ya no sabemos cómo entender lo que nos está diciendo. No necesitamos silenciar nuestros sueños o los otros contenidos que emergen de nuestra mente inconsciente. Necesitamos entender adecuadamente lo que intenta decirnos.
Intentar decirle a nuestra mente inconsciente que hacer es exactamente lo peor que podríamos hacernos a nosotros mismos.