No tanto. Tendemos a crear una narrativa alrededor de nuestros sueños para ayudarlos a tener sentido. La función principal de soñar es la consolidación de la memoria. Y los recuerdos primarios que necesitamos consolidar son aquellas imágenes que tienen un valor de supervivencia para nosotros.
Cuando mira hacia adelante, hay un área de su campo visual que siempre está en blanco. No puedes ver lo que hay allí porque esas imágenes golpean una parte de tu retina que no tiene neuronas sensoriales. Esta área se llama punto ciego. Sin embargo, no notamos nuestros puntos ciegos. Nuestro cerebro automáticamente utiliza datos sensoriales de milisegundos antes para “completar” esos espacios, de modo que nuestro campo visual se vea como un todo coherente. El cerebro está conectado para dar sentido a la información arbitraria, para darle sentido al estímulo aleatorio.
Entonces, con los sueños, nuestro apego a las líneas argumentales para ellos suele ser extraño, no lineal y mezclar rostros, ubicaciones, colores, palabras.