He sufrido de depresión durante mucho tiempo y cuando noté los síntomas por primera vez y estaba convencida de que era cáncer, su idea se me pasó por la mente. La primera vez que noté los síntomas fue en noviembre de 2012, pero no volví a ver a un médico hasta principios de febrero de 2013, a pesar del dolor. Lo primero que pensé fue que no podía pensar cómo pagar para que alguien cuidara de mis gatos mientras estaba en el hospital porque no me di cuenta de que solo sería una noche de estadía. Entonces mis pensamientos fueron que tal vez esto me mataría. Sin embargo, resultó ser un tumor de crecimiento muy lento y, finalmente, ya había tenido suficiente dolor, así que fui al médico. Ella no lo reconoció como cáncer y pensó que tenía problemas de espalda. Después de un mes de fisioterapia, decidí que necesitaba una segunda opinión, así que fui a la clínica de GUM. Aunque las personas piensan que es un lugar para recibir tratamiento para las ITS, pueden tratar con cualquier cosa en esa área. Me hicieron una ecografía y luego el técnico que me escaneó me aconsejó ver al médico de inmediato. Eventualmente me operaron el 8 de abril de 2013 y afortunadamente no había progresado más allá de la primera etapa.
El tratamiento posterior al diagnóstico que recibí tomó un enfoque holístico e incluía abordar mi depresión. ¡Tener cáncer fue en realidad una de las mejores cosas que me pasó! Escribí un ensayo al respecto: Octubre – 2014 – Furryfeatures Comentarios – My Telegraph.
