Estamos hablando del mundo occidental aquí. El VIH / SIDA tiene una historia muy diferente en gran parte del mundo.
El VIH prospera en las sombras. El estigma que rodea a los principales medios de transmisión (sexo inseguro, uso de drogas intravenosas) ha sido citado como una de las formas en que la enfermedad pudo saltar tan rápidamente y tan inesperadamente de la oscuridad para convertirse en la amenaza masiva de salud pública que conocemos hoy. La incomodidad de las personas al discutir el tema o asociarse con el “tipo” de personas o actividades involucradas en los primeros brotes publicitados mantuvo a las poblaciones vulnerables fuera de la información que era vital para detener la propagación del flagelo, un flagelo, recuerden, una vez llamado ‘ cáncer gay ‘.
Al principio parece tautológico, pero la enfermedad, llevada a las culturas de la sombra por sus métodos de transmisión tabú, encontró un flujo constante de nuevos vectores, ellos mismos conducidos a las sombras por el miedo al estigma. El solo hecho de que los hombres homosexuales (y los usuarios de drogas intravenosas) fueran forzados (si no por la sociedad luego por su propio miedo) a vivir vidas clandestinas significaba que pasarían esas vidas en mayor riesgo de entrar en contacto con el VIH. La doble vida alentada por las fuerzas opuestas del estigma y el deseo de integrarse con la sociedad en general significó que algunos de estos hombres llevaron el VIH a comunidades previamente no afectadas. Este círculo vicioso continúa hoy.
