¿Cuál es el mejor tratamiento para la 2da etapa del cáncer de vejiga?

El cáncer de vejiga es la neoplasia maligna más común que afecta el sistema urinario. Las patologías tumorales vesicales más comunes son uroteliales, escamosas y adenocarcinoma. El carcinoma urotelial (anteriormente llamado de células de transición) es el tipo histológico predominante (tipo detectado a través del análisis de laboratorio de biopsia). No me gustaría pasar por la puesta en escena en este documento y uno puede notar que la estadificación TNM y también el tipo patológico es importante cuando se intenta tratar todos los cánceres de vejiga.

El elemento más importante en la estadificación patológica del carcinoma urotelial es la extensión de la invasión a las capas más profundas de la vejiga y los tejidos circundantes. dado que la pared de la vejiga consta de cuatro capas, se puede determinar el curso de la enfermedad para tratarla mejor. Esta información tiene importantes implicaciones tanto para el pronóstico como para el tratamiento y se incorpora al sistema de estadificación de tumores, ganglios y metástasis (TNM).

Desde el punto de vista de la clasificación, se ha observado que la mayoría de los tumores pT1 son carcinomas uroteliales papilares de alto grado, aunque los tumores de bajo grado rara vez se han diagnosticado. Los carcinomas uroteliales pT2 a pT4 más invasivos son de alto grado. Varios estudios mostraron que los tumores pT1 tienen un pronóstico menos favorable que los neoplasmas pTa. Sin embargo, los neoplasmas pTa y pT1 se agrupan como tumores “no músculo invasivos” porque las lesiones pTa y pT1 se tratan de forma conservadora.

Idealmente, los tumores en etapa II se incluyen en la categoría de T2b, que denota afectación ganglionar nula (N0), metástasis o diseminación no observada (Mo) y el tumor puede tener dos características:

  1. Invade superficialis muscular propia (mitad interna) o
  2. El tumor invade la muscularis propia profunda (mitad externa)

Se requiere un seguimiento cuidadoso para todos los pacientes con cáncer de vejiga no músculo invasivo incluyendo vejiga, pelvis renal, uréteres y uretra para pacientes con enfermedad de riesgo intermedio o alto. Para aquellos con una enfermedad de bajo riesgo, la vigilancia de las vías urinarias superiores no está indicada. La frecuencia y la intensidad del seguimiento deben considerar el riesgo de recurrencia. Además de la cistoscopia, el seguimiento puede incluir citología de la orina y evaluación del tracto urinario superior.