Las únicas cosas que me han hecho renunciar a mis sueños son:
1: Al darme cuenta de que, sin importar cuánto lo intente, mi sueño no se materializará.
2: Dándome cuenta de que hay cosas cada vez mejores que puedo esperar.
Además, parece que muchos jóvenes abandonan sus sueños cuando se mudan a los suburbios.