No, realmente no.
Al crecer, nunca pensé en cómo sería mi matrimonio. Todo lo que sé es que quería casarme a los 30. Me divertí porque tuve una fuga romántica a los 22 años.
Nunca imaginé que estaría casado con una persona atractiva y carismática. Él es inteligente, lógico pero reflexivo y siempre dulce. Él siempre es proactivo, positivo y nunca habita en el pasado. Él es el epítome de los buenos chicos y el hombre de mis oraciones. Pensar en él me hace creer que salvé a una nación entera en mi vida pasada para merecer este tipo de amor.
“¿Es tu matrimonio lo que soñaste?”
No, realmente no. Fue mejor de lo que podría haber imaginado.