La metformina es una anti-diabética muy antigua (¡1920!) Y segura, la única que se ha demostrado que previene los ataques cardíacos (¡no la insulina!).
la notoria acidosis láctica como complicación es muy, muy rara, en el pasado le teníamos mucho miedo, hoy en día se ha demostrado que la metformina no aumenta el riesgo de acidosis láctica, siempre y cuando no haya insuficiencia renal y / o deshidratación, y dejamos de usar metformina siempre que el usuario se enferme gravemente. La edad avanzada ya no es una contraindicación.
Los efectos secundarios habituales son calambres abdominales, hinchazón, diarrea y deficiencia esporádica de vitamina B12.
Es el medicamento de primera línea contra la diabetes tipo 2, ya sea delgado o con sobrepeso, también para personas que tienen que usar insulina como complemento, y a menos que los notorios efectos secundarios de calambres, náuseas y diarrea (que pueden prevenirse comenzando con dosis muy baja, y aumentando gradualmente la dosis según sea necesario) son demasiado abrumadores (lo que generalmente no ocurre), no se deben suspender.
No está destinado a ser un medicamento para perder peso, pero es el único antidiabético que no lo hace subir de peso, por lo que seguramente lo apoyará en sus esfuerzos por perder peso y al hacerlo tendrá una mejor diabetes controlada.
De Annals of Internal Medicine