La respuesta corta es que tu percepción de la realidad se genera mucho de la misma manera que tus sueños. Cuando eres consciente, no vives y tienes acceso al “mundo que está afuera”. Su conexión con el mundo consiste en unos pocos paquetes de nervios sensoriales que no transmiten luz, sonido y significado, sino patrones dispersos de pulsos electroquímicos, en los que su neocorteza busca regularidad, estructura y orden predecible. Después de unos meses de aprendizaje, comenzando en el útero y continuando después del nacimiento, su cerebro habrá formado conexiones neuronales que le permitirán predecir y evaluar sus datos sensoriales, al generar un modelo mundial simulado, que incluye sonido, objetos en movimiento, personas, tu propio cuerpo, y así sucesivamente. Esta simulación es lo que experimentas como realidad. ¡La realidad física en sí no puede ser percibida!
Durante el sueño REM, su cerebro ejecuta los mismos circuitos de simulación que producen su experiencia diurna, pero sin restricciones por la información sensorial, y con mucha más libertad. Si bien aún no existe un consenso científico sobre la función y el propósito de los sueños, parece plausible que nos permitan encontrar soluciones improbables a sus problemas diurnos y reorganizar y optimizar nuestras memorias y habilidades aprendidas.
En la mayoría de los sueños, la estructura de tu mente está altamente disociada, y en consecuencia, por lo general, no tienes control sobre tus acciones (aunque pueda parecer que sí), es posible que no tengas personalidad, no recuerdes en qué ciudad vives en o incluso lo que hiciste hace unos momentos. Además, la formación de la memoria a largo plazo generalmente se suprime, lo que tiene sentido, porque en general no es útil para que usted base su aprendizaje en eventos que nunca sucedieron. Sin embargo, puede entrenarse para ganar control sobre sus sueños (sueños lúcidos ) hasta el punto, donde sus sueños se convierten en su propio ciberespacio personal.