La impresión en 3D de una imagen por resonancia magnética de un tumor cerebral ha hecho posible una operación “imposible”, ya que con esta imagen impresa en 3D, el neurocirujano encontró una manera de acercarse y extraer el tumor sin dañar los sistemas vitales del paciente.
La radioterapia usa muchas imágenes para apuntar el haz hacia el objetivo correcto, el tumor, que en algunos lugares que se mueve con el latido del corazón es un gran problema, por lo que acoplar información espacial desde obtener imágenes del objetivo móvil hasta el haz radioterapéutico conduce a mucha mayor eficacia y menos daño colateral a los tejidos sanos alrededor del tumor.
