Hago.
Todos los días, me voy a dormir y pienso, tal vez mañana, algo favorable sucederá en mi vida. Tal vez obtenga una aceptación en la universidad o tal vez me encuentre con un nuevo mejor amigo.
Sin embargo, también llegué a la conclusión antes de escapar a las profundidades del sueño de que todas las cosas que deseo que ocurran no pasarán mágicamente durante la noche. Tendré que trabajar para hacer que estas cosas se hagan realidad.
Esta es la magia de la vida.