Antes que nada, me gustaría enfatizar que fallé mucho en mi vida.
Mucho.
Probablemente más de lo que tienes.
Pero la razón por la que fallé tantas veces es porque sí fui tras mis sueños y mis metas.
Todavía estoy persiguiendo algunos de mis sueños y metas.
Si no está seguro de perseguir su sueño aquí, hay una razón por la que no debería hacerlo.
Una vez, tarde o temprano estarás sentado en una vieja mecedora y estarás mirando tu vida y mirando lo que hiciste bien y lo que hiciste mal, cómo creciste como persona, qué cosas lograste, si fueras feliz, y si hay algo que cambiarías si pudieras regresar.
Si no persigues tu sueño mientras puedas, morirás sabiendo que deberías haberlo intentado al menos.
Cuando lo intentas y lo das todo, siempre puedes mirar hacia atrás y sentirte satisfecho de haberlo hecho independientemente de que hayas fallado o hayas tenido éxito.
Es el conocimiento que has probado lo que te dará la tranquilidad y el orgullo de no haberte saciado.
Solo tengo 40 años, pero ya puedo recordar algunas de las cosas que probé y me sentí feliz, orgulloso y satisfecho de haberlo hecho a pesar de que algunos se convirtieron en fracasos.
Si recuerda esta cita, tendrá más motivación para comenzar:
“Nunca pierdes. O ganas o aprendes “.
Gracias por el A2A.