¿Hay micrófonos tan sensibles para ‘escuchar’ a las mariposas o las bacterias?

Hay una serie de problemas asociados con cualquier intento de “escuchar” sonidos de muy bajo nivel.

Si usamos una fuente de sonido repetible, como un mechón de cabello humano arrastrado sobre un trozo de vidrio, claramente habrá sonido generado por la fricción y se propagará por el aire, pero capturar ese sonido con un micrófono requerirá una configuración de laboratorio especial en un cerca de un ambiente anecoico; no será un simple caso de apuntar y escuchar.

Primero está el ruido propio del micrófono que se amplificará en muchos órdenes de magnitud, luego habrá la presencia de ruido ambiental enmascarando la fuente de sonido.

Curiosamente, los investigadores han estado registrando stridulations desde la década de 1990 para estudiar el comportamiento de las hormigas. Aunque la técnica de grabación no se ha publicado abiertamente, se especula que se utilizó una cúpula parabólica especial para encapsular una hormiga con un micrófono en el punto focal con el fin de aumentar la relación señal / ruido, lo que hace que sea audible para los humanos. No he buscado referencias, pero si la memoria sirve, el nombre del investigador fue Hickling.

Entonces, para responder a la pregunta, no es la sensibilidad del micrófono sino el desarrollo de una técnica para grabar el sonido deseado.

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También me gustaría agregar la distinción de lo anterior de usar un “micrófono” de contacto que será más sensible, pero recogerá vibraciones de contacto en lugar de sonido.

Por ejemplo: arrastrar una hebra de cabello humano a través de un sensor piezoeléctrico producirá una salida bastante adecuada sin ningún aislamiento especial necesario, pero no puede describirse técnicamente como sonido.