No hay una mala decisión.
Sin embargo, dado que ese trabajo va a pagar su sueño, ¿no es una buena razón para que al menos le guste?
La cosa es cuando odias algo que se traduce en la calidad de tu trabajo o en la forma en que haces el trabajo.
He estado en una situación similar mientras construía mi negocio. Tuve trabajos secundarios al principio para pagar las facturas. Y, por supuesto, al principio, odiaba gastar mi precioso tiempo en ese trabajo secundario. El caso es que esa mala energía no te deja con un clic. Esa energía que pones te regresa directamente. No pasas de ser un enemigo del trabajo a un soñador amoroso en el orden. Un día me di cuenta de que mi trabajo secundario me permitía construir mi sueño. Me permitía crear el estilo de vida que quería. Y decidí estar agradecido y actuar como tal. Mis clientes en el trabajo secundario merecían todo mi amor y gratitud también.
¿Puedes estar agradecido y dar lo mejor en ese trabajo, que va a pagar por tu sueño? Si es así, ve por ello. Si no, se justo y dale a alguien más la oportunidad de ser lo mejor.
