La principal diferenciación entre las cepas es la cantidad de THC y cannabidiol (CBD). El cannabis contendrá muchos otros cannabinoides, pero el THC y el CBD constituirán la gran mayoría.
Ahora, este es el desafío al responder a su pregunta: diferentes personas están buscando diferentes efectos, por eso se comercializan múltiples variedades en primer lugar. El THC es muy efectivo para mejorar el apetito (conocido coloquialmente como “los munchies”) y eliminar las náuseas. Incluso hay una píldora recetada de THC, Marinol, comúnmente recetada a pacientes de quimioterapia. THC también eleva el estado de ánimo, algo que puede ser muy deseable para un paciente con una enfermedad terminal.
El CBD aumenta mucho menos el estado de ánimo y produce menos sensación de “alta”. También puede ayudar con las náuseas, aunque no mejora el apetito como el THC. Algunas personas encuentran que ayuda con la ansiedad. Las cepas de alto contenido de CBD son muy apreciadas por su efecto anticonvulsivo que detiene los temblores y los espasmos musculares dolorosos, y por el efecto antiinflamatorio que ayuda con muchas enfermedades crónicas.
Hay tantas variedades de cáncer terminal, con tantos síntomas diferentes, que es imposible hacer una recomendación sin saber mucho más. Es probable que las personas que sufren pérdida de peso por quimioterapia deseen mucho THC. Las personas que desean evitar sentirse alta y sufren mucho estrés probablemente quieran una cepa con un alto contenido de CBD.