Aprieta el puño y luego ábrelo: primero el pulgar, luego el índice, y así sucesivamente. Cuente los dedos en el proceso. Además, no apartes la vista de ellos. Debería haber cinco. No cuatro, ni seis, cinco.
Encuentra un libro y lee una oración. Luego, lee esa oración nuevamente. Y una tercera vez. ¿Puedes entender lo que dice? ¿Dice lo mismo las dos veces, o cambió?
Estos dos trucos son bastante útiles. Más de una vez he sentido que algo estaba mal, y hacer estos dos trucos me ha ayudado a ver que estaba soñando o en una pesadilla.
¡Buena suerte!