Si no estuviera casado, sí.
No es cierto que una persona VIH positiva tenga cero posibilidades de infectar a un compañero si está tomando antirretrovirales, pero estar en una relación magnética es más seguro que nunca.
El tratamiento no suprimirá el virus a un nivel indetectable en cada paciente, pero cuanto menor sea la carga viral, más difícil será transmitir el virus. Algunos estudios muestran que el riesgo de transmisión del sexo vaginal (en individuos que por lo demás son saludables) es menor al 0,01 por ciento por acto, si el compañero positivo es indetectable.
También hay opciones de tratamiento para el socio negativo. La PEP (profilaxis posterior a la exposición) es una combinación de ARV que puede reducir el riesgo de seroconversión hasta en un 70 por ciento si se comienza poco después de la exposición. La PrEP (profilaxis previa a la exposición) es una combinación de medicamentos (en una píldora) que se toma a diario para prevenir la infección. Se ha demostrado que la PrEP es casi 100 por ciento efectiva, excepto en los raros casos en que el paciente está expuesto a una cepa del VIH que es resistente a esos medicamentos en particular.
Si bien me sentiría cómodo teniendo relaciones sexuales con una pareja VIH positiva con una combinación de PrEP y condones, es importante recordar que los tratamientos actuales son tan nuevos que todavía no hemos visto cómo afectan a los pacientes a largo plazo. El VIH sigue siendo una enfermedad crónica grave que requiere un control periódico, y los medicamentos que usamos para tratar el virus sí tienen efectos secundarios. Debe reflexionar seriamente sobre estos temas antes de comprometerse por siempre con alguien que vive con el VIH.
En una nota personal, la hermana de mi padre probablemente se infectó a finales de los 80. Se casó con su esposo en el 93 y le diagnosticaron cinco años más tarde. Su esposo sigue siendo negativo y ella está perfectamente sana. Las relaciones magnéticas pueden funcionar.