No, ciertamente no.
Por muy reales que parezcan los sueños, son producto de imágenes, recuerdos y emociones que ya están en tu cabeza. Nuestras mentes humanas son muy creativas, nos sorprendemos a nosotros mismos con lo que se nos ocurre en el arte, la música, el diseño y, por supuesto, los sueños. Pero todo eso surge de nuestro interior.
“Vida real”, es decir, la vida experimentada sin soñar, es una verdadera avalancha de objetos, estímulos sensoriales, otras personas, ruidos fuertes, olores asquerosos, descubrimientos científicos y mucho más que nos bombardea todos los días y existe en el mundo exterior Nosotros mismos. No hay límite para lo que “el mundo real” pueda surgir que nos asombre, eduque, aterrorice o deleite todos los días.
Estas dos experiencias juntas, la vida despierta y la vida de sueño (soñando), constituyen la única vida que vivimos que es infinitamente sorprendente.