Creo que no hay una sola respuesta a esto, ya que cada persona es un individuo con diferentes necesidades y recursos. Para mi esposo, que es diabético, odia absolutamente todos los azúcares añadidos, ya que no quiere tener que aumentar su ingesta de insulina y nota una degradación casi inmediata en su salud cuando consume demasiada azúcar. Por ejemplo, el dolor de neuropatía en sus pies puede empeorar en solo unos pocos días aumentando su ingesta de azúcar.
Ambos nos hemos convertido en detectives de alimentos, investigando cuidadosamente el contenido de cualquier alimento que comemos. Aunque el azúcar no me molesta, como su dieta simplemente porque él anhela azúcares y no me gusta comer cosas que él no puede. No creo que sea justo tentarlo, ya que sé el resultado de complacerlo. En el lado positivo, ¡estoy probablemente más saludable!
