Esto es más complejo de lo que uno podría pensar (y no soy médico, así que tómelo con un grano de sal). Depende de la persona, ya que todos tenemos diferentes tolerancias para varios medicamentos (es decir, productos químicos), y nuestros diferentes maquillajes enzimáticos afectan nuestra respuesta a las exposiciones a estos compuestos.
Por ejemplo, el citocromo P450 es la designación de una “superfamilia” de enzimas que se activan cuando estamos expuestos a sustancias químicas, incluidas las drogas (http://en.wikipedia.org/wiki/Cyt…). Todos tenemos genes para estas enzimas, y las variantes en estos genes influyen en cómo respondemos a las drogas, como los analgésicos enumerados anteriormente. Todavía no se han realizado suficientes estudios exhaustivos para ayudar a determinar qué fármacos son los más adecuados para un individuo, en función de su perfil genético (este campo de estudio, llamado farmacogenética, progresa lentamente y es un componente importante en el avance hacia ‘Medicina personalizada’).
Entonces, para algunas personas (como yo), el ibuprofeno (Advil) es una droga maravillosa: la disminución del dolor es altamente efectiva. Otras personas, sin embargo, tienen dolor de estómago intenso por el ibuprofeno. La aspirina es un anticoagulante, por lo que si ya está tomando un medicamento anticoagulante (warfarina, también conocido como Coumadin), su médico debe aconsejar qué analgésico es el mejor. El acetaminofeno (Tylenol) también funciona bien para algunas personas. Desafortunadamente, el método de prueba y error parece ser la regla del día para optimizar su propio alivio del dolor. Y el mejor consejo que he recibido de un médico / amigo: solo tómalo cuando realmente lo necesites.