Como siempre sucede, sería mejor apuntar a PD-1 en algunos casos, PD-L1 en algún otro y pueden ser ambos en diferentes grupos de pacientes. Aunque uno de ellos parezca tener más ventajas teóricas que otros, solo los ensayos clínicos aleatorizados controlados determinarán si esos beneficios “teóricos” se realizarán. ¿Y por qué parar en PD-1 / PD-L1? Podría haber posibilidad de apuntar a los otros actores en el camino para algún tipo específico de pacientes. Según mi opinión, la pregunta más importante en el futuro será conocer los biomarcadores que nos ayudarán a estratificar a los pacientes para el tipo correcto de “objetivo”. Por ejemplo, en el melanoma se usaron ambos inhibidores PD-1 / PD-L1 / aprobados por la FDA con resultados mixtos: Los siguientes inhibidores del punto de control inmune: bloqueo PD-1 / PD-L1 en el melanoma.
A veces, hicimos un estudio sobre la terapia neoadyuvante en el cáncer de páncreas resecable, y aunque existe una base sólida para su aplicación, los ensayos clínicos (pequeños) realizados hasta el momento no son consistentes y lo suficientemente fuertes como para darles una aprobación directa. Probablemente funcione en algunos pacientes, pero tendrá que esperar hasta que un ensayo clínico demuestre definitivamente su beneficio en esos pacientes (estratificados).