¿Cuáles son las herramientas para el descubrimiento temprano de cánceres de pulmón o cerebro?

Mientras que el cáncer de pulmón y el cerebro tienen algunas pruebas de diagnóstico similares, por ejemplo, resonancia magnética, tomografía por emisión de positrones, tomografía computarizada, biopsia, etc., sus métodos de detección temprana varían. Generalmente, el riesgo de una persona de contraer cáncer de pulmón es mayor que el de desarrollar un tumor cerebral. En 2015, se diagnosticaron 22,850 casos nuevos de cáncer cerebral y 15,320 personas murieron a causa de este. En el mismo año, se diagnosticaron 221.200 nuevos casos de cáncer de pulmón y 158.040 personas murieron a causa de este, lo que hace que el cáncer de pulmón sea más común (y subsecuentemente más mortal) que el cáncer cerebral. Si bien ahora existe un procedimiento de evaluación estandarizado y efectivo para el cáncer de pulmón, todavía tenemos que crear una prueba similarmente efectiva para la detección temprana del cáncer cerebral.

El examen recomendado para el cáncer de pulmón se decidió después de que el Instituto Nacional del Cáncer realizó el Estudio Nacional de Detección de Pulmón hace unos años. Los resultados del ensayo apuntaron a la eficacia del cribado por tomografía computarizada (TC) de dosis baja en la detección temprana del cáncer de pulmón. Entre los participantes, los investigadores observaron una disminución relativa del 20% en la mortalidad por cáncer de pulmón y una disminución general del 6.7% en la mortalidad. Hoy en día, la Sociedad Americana del Cáncer emplea escaneos LDCT anuales para pacientes de 55 a 74 años con antecedentes de tabaquismo.

Si bien el tabaquismo es la causa principal del cáncer de pulmón, y contribuye aproximadamente al 90% de los casos, la influencia genética también se ha relacionado con una mayor susceptibilidad. El Instituto Nacional del Cáncer ha identificado tres loci genéticos relacionados con la susceptibilidad al cáncer de pulmón como parte de su programa Marcadores genéticos de susceptibilidad al cáncer, y la investigación de la cuestión está en curso. Ciertos factores ambientales además del tabaquismo también pueden aumentar su riesgo, aunque no son tan frecuentes.


Los factores ambientales también pueden aumentar su susceptibilidad al cáncer cerebral. La radiación ionizante es el único factor ambiental que se ha relacionado definitivamente con un mayor riesgo de cáncer cerebral, aunque los investigadores continúan examinando virus, sustancias químicas industriales y otros químicos, y campos electromagnéticos no ionizantes como posibles factores contribuyentes.

La susceptibilidad al cáncer cerebral está asociada con varias afecciones genéticas, como neurofibromatosis tipos 1 y 2, esclerosis tuberosa, enfermedad de von Hippel-Lindau, síndrome de Li-Fraumeni, síndrome de carcinoma de células basales nevoide, síndrome de cáncer de reparación de errores y síndrome de Cowden. Las personas con un sistema inmune comprometido, heredado o adquirido, también corren un mayor riesgo. Se han realizado investigaciones sobre los marcadores genéticos del cáncer cerebral, pero dado que los casos de este son relativamente raros, los intentos de identificar genes exactos han tenido un éxito limitado. Un estudio en Suecia encontró una relación débil con el cromosoma 1q23, y uno en Finlandia encontró riesgo de glioma relacionado con los cromosomas 1q25.1, 6q27, 8p21.3 y 15q26.2, y el cromosoma 15 mostró la relación más fuerte. En 2009, los investigadores de UCSF descubrieron que los cromosomas 9p21 y 20q13.3 también contienen genes determinantes del riesgo para el cáncer cerebral.

Hoy en día, no contamos con un examen práctico para detectar tumores cerebrales antes de que un individuo sea sintomático, una condición necesaria para que una prueba de diagnóstico se considere una prueba de detección. Hasta hace poco, una proyección habría requerido al menos una, tal vez más, escaneos anuales (y biopsias, si algo parecía fuera de lugar). Esto no solo sería un proceso costoso y lento tanto para el paciente como para el proveedor, sino que también sería innecesario para la gran mayoría de la población. De hecho, exponer a una población sin factores de riesgo comprobados (p. Ej., Afección genética, antecedentes familiares de afecciones genéticas, entorno de trabajo de alta radiación) a la radiación regular de los escáneres podría resultar contraproducente.

Sin embargo, a partir de 2013, los científicos han desarrollado una nueva prueba de diagnóstico para el cáncer cerebral que utiliza espectroscopía infrarroja y marcadores bioquímicos para identificar las células del tumor cerebral en muestras de sangre. Esta prueba no solo evita los escaneos y las biopsias por completo; también proporciona resultados en 30 minutos, en lugar del período de espera de 2 días habitual para los procedimientos de diagnóstico actuales. Con un poco de suerte, y la investigación y financiación continua, esta prueba podría convertirse en una herramienta de detección efectiva para el cáncer cerebral.

Por lo tanto, la exploración LDCT es la principal herramienta de detección para el cáncer de pulmón, y se utiliza principalmente para los grupos con mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Actualmente no existe un procedimiento de detección universal para el cáncer de cerebro, pero una prueba de diagnóstico no invasivo de acción rápida desarrollada recientemente tiene el potencial de ocupar ese puesto.