El condón es una protección altamente efectiva pero no brinda seguridad absoluta contra la transmisión del virus. Además, también existe el riesgo de ruptura del condón. Es aconsejable realizar un análisis de sangre para el VIH y otras enfermedades venéreas pronto, y luego nuevamente después de un período de 3 meses (el período de ventana), para un diagnóstico más preciso.
El sexo siempre se considera un comportamiento de riesgo en el contexto de la infección por VIH. Uno puede minimizar el riesgo considerablemente durmiendo con personas que uno sabe muy bien que están sanas o que tienen razones para creer que son saludables, y tomando las protecciones necesarias. En caso de que alguien se haya acostado con alguien cuya experiencia no es conocida por una persona, ya sea que sea o no un profesional, es aconsejable someterse a un análisis de sangre.
