La gente a mi alrededor.
Quiero decir, ¿cuál sería el punto de la vida si no hubiera otros?
Vivimos para otros, no importa lo que hagamos, lo hacemos por otros. No importa lo que logremos, es para los demás, los autos, la casa, el dinero, todo, es todo de ellos cuando nos hayamos ido.
Si no hubiera personas, no habría escuelas, empleos, calles, ciudades, tecnología, ciencia, etc. La lista continúa. Nuestra vida depende de la vida de los demás y la vida de los demás depende de la nuestra, es recíproca. La persona que inventó un teléfono celular lo dejó con los “otros” y los otros lo mejorarán y lo dejarán con los demás, y así sucesivamente. Sí, podríamos estar pensando que estamos haciendo cosas por nosotros, despertándonos, al final es por el otro.
Me levanto de la cama porque mi mamá, mi padre, mi hermana, mi sobrina, mis amigos, mis maestros, todas las personas que me necesitan para salir de la cama, es por ellos que lo hago. Me inspiran, le dan un sentido a mi vida, me desafían a amar, a dar, a perdonar, a ser yo.
Cuando digo que la gente que me rodea me refiero a todos ellos, ellos también los odian.