“Sueños de una gran vida destruida a fines de la adolescencia o principios de los años veinte”.
Oh Dios.
Lo haces sonar como si fuera una tragedia enorme, desgarradora e irreversible sin esperanza a la vista. No sé si reírme o sentirme mal por esto.
No entraré en lo que sucedió, pero sí, mis sueños de una “gran” vida dejaron de existir en su forma original cuando estaba en mi adolescencia. Ellos alteraron.
¿Adivina qué? Estoy en mis veintitantos años, y se están disolviendo y desapareciendo de nuevo.
Conozco a personas de 40 años cuyos sueños e ideas sobre su vida futura se han esfumado y actualmente están formando otros nuevos.
Con toda seriedad, ¿qué obtienes cuando juntas Quora e insomnio?
Si pudieras, ¿a qué sueño volverías?
¿Qué significa si sigues soñando con un viejo enamoramiento?
¿Qué haces cuando estás tan entusiasmado con algo que no puedes dormir?
Vea el patrón aquí? Los sueños se forman, destruyen y vuelven a formarse. El proceso es doloroso, sin dudas. Me resulta doloroso y frustrante también. Pero esto es lo que hago, considero que mis sueños son como un fénix.
Un fénix crece, luego arde y perece, pero nuevamente, se levanta de las cenizas. Un ave fénix, cuando está vivo, es un pájaro magnífico con poderes maravillosos, cuyos resultados persisten incluso después de su muerte. Sin embargo, no muere, vuelve, tan fuerte, maravilloso y magnífico como siempre.
Del mismo modo, un sueño, cuando está vivo, tiene poderes para sacar las mejores cualidades de ti, cualidades que le dan un brillo permanente a tu personaje incluso después de que el sueño muere. Depende de ti hacer que se levante de las cenizas. Una persona verdaderamente exitosa es aquella que puede hacer esto en cualquier momento de la vida.
No importa cuán trágico lo encuentres, los sueños que mueren en esta etapa son normales. Acaba de salir y comenzó a vivir. Esto es vivir. Puede revolcarse en la tragedia o levantarse y perseguir nuevos sueños. Su elección determinará cuán “grande” será su vida.