¿Por qué hay un elemento sorpresa en un sueño, si fueron concebidos dentro del cerebro?

La respuesta trivial es que los sueños son una representación simbólica de la realidad en lugar de literal. El contenido de los sueños presumiblemente refleja más acerca de nuestros problemas emocionales y conflictos internos que las circunstancias reales de nuestras vidas. Los símbolos en los sueños se construyen de acuerdo con las reglas del inconsciente. Una sola imagen en un sueño puede representar una condensación concisa de muchas ideas. Las imágenes en bruto de los sueños son caóticas e ilógicas. Recordar sueños incluso en una secuencia cuasi-lógica es el producto de que nuestros cerebros reordenan los datos de acuerdo con nuestra preferencia para que las cosas tengan sentido.

El tema más interesante es la relevancia emocional de la sorpresa y el valor de supervivencia de nuestra respuesta emocional. Cuando las secuencias de eventos desafían
predicción, estamos alertas y requeridos para reorientarnos instantáneamente a la nueva realidad. Esto es particularmente crucial si el evento inesperado es una amenaza. En la medida en que nuestros sueños puedan ser un campo de práctica para resolver problemas y enfrentar desafíos en el mundo real, encontrar la sorpresa dentro de los sueños sería adaptativo.

No todos los procesos cerebrales están disponibles para la conciencia de uno, incluida la mayoría del procesamiento y los datos, como la memoria no declarativa y la naturaleza de los patrones encriptados de la actividad neuronal que realmente almacenan todos los recuerdos.

En los sueños, el cerebro todavía está tratando de modelar el mundo y proyectar posibles resultados, pero sin el lastre del río de la percepción sensorial. Así que lo compensa, basado en recuerdos y pequeñas pistas, por ejemplo, un sonido de alarma distante podría desencadenar un sueño con un robo.

Cuando te das cuenta, incluso durante el sueño, de lo que el cerebro está modelando y proyectando, puede ser una sorpresa porque algún aspecto queda disponible para la conciencia para la cual no hay información sensorial que pueda sugerirlo.

Apenas puedo predecir mis propios pensamientos cuando estoy despierto, o controlarlos para el caso; ¿Por qué debería ser diferente para los sueños?

Me suscribo a la teoría de Susan Blackmore de que la conciencia humana está compuesta de memes, virus de información de auto-replicación que evolucionan de forma semi-independiente de sus anfitriones. La analogía aquí es con los ecosistemas vivos de los microbios en su tracto gastrointestinal, en su piel y cabello, y así sucesivamente. Una vez que comienzas a imaginar los pensamientos como entidades biológicas independientes por derecho propio, su naturaleza sorprendente se vuelve mucho menos, bueno, sorprendente: no son realmente “tus” pensamientos, sino que simplemente residen en tu cerebro.