En un día aburrido en la oficina, un pequeño equipo entró a la bahía.
“Estamos aquí para hablar sobre el código de vestimenta para la oficina”, gritó un hombre de 40 años.
Lo miré con ansiedad porque de algún lugar dentro de mí
una voz gritó: “Hola señorita, te vistes bien y espero que te elijan”.
La voz desapareció, dejando mi ansiedad de crecer.
Pasaron 20 minutos y dos personas de la tripulación comenzaron a cuchichear, mirándome. ‘Oh Dios … Esto está creando una incomodidad’
¿Cuáles son sus esperanzas y sueños?
¿Hay algún problema si un punto de acceso permanece encendido durante todo el día?
¿Debería renunciar a mi sueño de ser cantante?
¿Cuáles son los grandes beneficios de despertar temprano?
¿Podemos vivir solo de la meditación sin dormir durante largos días?
Grité dentro y temblé afuera. Mi ritmo cardíaco me estaba arrastrando a la muerte.
En menos de un segundo, uno de los dos estaba en mi escritorio preguntando mi nombre y en menos de un minuto, mi nombre era conocido por todos en la bahía como una persona que se viste profesionalmente.
En ese momento, tampoco estaba volando en el cielo ni estaba orgulloso. Por el contrario, estaba ignorando los ojos que me miraban. Estaba parado allí con una sonrisa avergonzada. Mis pensamientos fueron desordenados. Yo no era yo mismo.
A pesar de esta inquietud, sueño.
Justo en el medio de una enorme multitud, quiero caminar con valentía. Quiero caminar con la cabeza alta.
Yo sonrío. Subo al escenario escuchando el denso sonido de aplausos.
Mi energía se eleva a un nivel diferente que no se puede explicar.
Siento escalofríos por todo mi cuerpo. Veo a miles de personas en mis ojitos. “Ellos son mi gente. Me aman y es por eso que aquí están reunidos”, creo.
Comienzo a poner mis pensamientos y opiniones uno por uno y ellos están de acuerdo. Para esta única voz, cada persona en la multitud asiente, ‘Sí’.
Yo sueño…
-Lav