¿Has visto este video de YouTube en el que llora una niña de cinco años porque no quiere que su hermanito crezca?
Ella está expresando lo que muchos de nosotros sentimos en el fondo: que crecer es una forma de cambio, y el cambio es una forma de pérdida. Lo que era antes, no es más. La niña no quiere perder a su hermanito. La oportunidad para ella aquí es aprender que el cambio no es solo pérdida sino crecimiento. El hermanito que no quiere perder ya se está convirtiendo en una amiga con la que algún día explorará, hablará, bromeará y vivirá los altibajos de la vida. Perdemos cosas con el tiempo, pero si vivimos vidas sanas, ganamos mucho más.
Sospecho que tu pequeña puede estar sintiendo algo similar, solo su miedo a perder a su hermanito está saliendo en pesadillas en las que le sucede algo malo en vez de llorar por su crecimiento. Los niños a esa edad a menudo comienzan a tener conciencia del cambio, la contingencia (es decir, que hay muchas cosas fuera del control de la gente) y la muerte. Esta es una realidad aterradora para cada ser humano, pero particularmente para un niño pequeño. Ahora puede ser un momento perfecto para que tenga algunas conversaciones sinceras con su hija sobre cómo es muy natural tener miedo de perder algo que ama, y que la muerte es triste para todos. Pero también dígale que su trabajo como padre es mantener a ella y a su hermano a salvo, y que haga todo lo posible para asegurarse de que nada malo le pase a él o ella. (Es importante que enfatice que mantener a su hermano a salvo es su responsabilidad como padre, porque los niños pequeños a menudo asumen psicológicamente la responsabilidad de asegurarse de que las cosas malas no sucedan, lo cual los abruma). Es verdad que a veces las cosas malas sucede que nadie espera, pero esos son muy raros y generalmente se pueden evitar tomando decisiones acertadas.
En otras palabras, en estas conversaciones sus objetivos son dos: 1) Ayudar a su hija a sentirse segura con usted y con poder (es decir, a salvo consigo misma) mostrándole la conexión entre seguridad y buenas decisiones, y 2) Para ayudarla a digerir las temibles realidades del cambio, la contingencia y la muerte que, en última instancia, nadie puede controlar. Permítele expresar sus sentimientos: puede que necesite llorar o tener miedo * con * ti, para que sus emociones salgan y puedan ser metabolizadas mientras está despierta en lugar de dormida. Como padre, le ofreces un “contenedor” en el que puede sentir lo que ocurra y ayudarla a digerirlo de forma segura.
Este proceso de enseñarle a su hija, y luego a su hijo, tomará mucho más tiempo que una conversación. Pero ella está señalando que está lista para una guía más profunda sobre cómo sentirse segura y segura en un mundo que siempre está cambiando y que nadie puede controlar. Usted hace esto modelando esta confianza y seguridad en su propia persona, y teniendo buenas conversaciones cuando sea el momento adecuado.
Te deseo lo mejor a ti y a tu familia. 🙂