No necesitamos el permiso de nadie para seguir nuestros sueños.
Solo necesitamos decidir que queremos hacerlo y superar nuestro miedo a hacerlo.
Solo tenemos que renunciar a esta tonta noción de que:
- tenemos que convencer a nuestros padres (nosotros no)
- tenemos que enorgullecer a nuestros padres (nosotros no)
- necesitamos hacer felices a nuestros padres (nosotros no)
- tenemos que brindarles a nuestros padres tranquilidad (no lo hacemos)
- nosotros y nuestros padres necesitamos estar en la misma página, tenemos las mismas definiciones y creencias (nosotros no)
- absolutamente necesitamos el dinero de nuestros padres (nosotros no)
- nuestros padres necesitan entender (no lo hacen)
- nuestros padres necesitan apoyarnos y nuestras ideas (no lo hacen)
- nuestros padres necesitan ser nuestros admiradores (no lo son).
Como adultos jóvenes, estamos paralizados por tantas suposiciones erróneas (creencias) sobre la familia y lo que significa ser un buen niño (persona).
Aquellos que puedan abandonar esas creencias de mierda ganarán en la vida (tendrán la vida que quieran). Aquellos que no puedan tirarlos perderán (vivirán la versión de otra persona de sus vidas), porque siempre necesitarán el permiso, la aprobación, etc. de alguien.
¿Por qué no pueden tirarlos? Están realmente asustados de que sucedan cosas malas. Suponen que este será el escenario. Y no quieren arriesgarse. Dejan que sus miedos los detengan. No toman riesgos y no tienen ganancias.