En primer lugar, personalmente creo que depende de la forma en que definas “tu sueño”. ¿Es algo que crees o admiras o solo piensas una vez a la semana o a un mes y te preguntas qué pasa si no puedes llegar allí? Si la respuesta es “está bien”, sigue viviendo tu propia vida cómoda con la procrastinación.
¿O es algo que estás ansioso por obtener, algo que estás obsesionado día a día, algo que no es más que tu destino, tu futuro y tu vida, algo que te deja miedos cada vez que piensas pero que también te acompaña la emoción, algo que nadie puede hacerlo por usted excepto usted mismo. Con estas preguntas, vas a encontrar la respuesta.
Finalmente, debe aceptarse que no se trata de cuán grande es su sueño, de cuánto temen enfrentar, sino de la autogestión para superar la procrastinación.