Lo primero que te sugiero es preguntarte el origen del sueño. ¿Está egoístamente motivado para simplemente brindarte algún tipo de ganancia o fama, o es un objetivo que es promover un destino que Dios tiene para ti? Esto ni siquiera tiene que ser algo importante, como un objetivo profesional. Puede ser ahorrar dinero o comprar un automóvil.
Segundo, establezca y escriba pasos específicos para lograr un objetivo. Los planes imprecisos de “ser piloto”, o “comprar un auto nuevo” o “ir a una buena universidad” rara vez llegan a buen puerto si los pasos para llegar allí no están detallados. Si no está seguro de cuáles deberían ser estos pasos, consulte con alguien que ya haya logrado esto.
Establezca una línea de tiempo realista pero bastante ajustada para lograr su objetivo. Además, recompénsate cuando alcances ciertos hitos en el camino. Por ejemplo, si se trata de un objetivo profesional de un puesto determinado en la empresa, piense en una recompensa para usted mismo y obtenga una pequeña promoción en el camino hacia allí.
No tengas miedo ni desilusiones si tienes que modificar tu plan original. Las cosas cambian. Puede que tenga que cambiar su línea de tiempo o incluso su objetivo final debido a circunstancias imprevistas.
Rodéese de personas positivas que creen en usted y evite a las personas que solo tienen cosas negativas que decir sobre todo. Estas son las personas que tienen un problema para cada solución.
Los sueños son solo objetivos que aún no se han puesto en marcha. Las metas son logros que están en proceso de realización. ¡El tuyo te está esperando!