Me diagnosticaron cáncer 3 veces entre los 38 y los 48 años.
Hoy, en mis 60 años, mi salud es estable y estoy en un lugar mejor de lo que estuve en mi ‘hey-day’.
Por favor, concéntrate en el resultado más positivo posible para tu amigo. Incluso si los doctores no son especialmente alentadores, no son “dioses”, y si se les pregunta, les dirán que incluso ellos se sorprenden a veces por su propia falta de comprensión de la fortaleza y coraje de un paciente.
En cuanto a apoyar a tu amigo, está bien llorar con ella. No hay necesidad de negar las realidades más duras de la vida. Pero tampoco hay necesidad de negar las posibilidades de los aspectos más maravillosos de la vida.
Todos nos preocupamos por cuándo y cómo llegará el ‘tiempo’, pero la verdadera tragedia sería permitir que estas preocupaciones nos roban nuestra alegría en los días que nos quedan.
