- Nadando.
- Caminando sobre una superficie plana con calzado apropiado.
- Ejercicios de cuádriceps y de los músculos isquiotibiales (sin peso adicional).
Es mejor tener un plan de ejercicio personalizado ideado por un fisio y controlarlo regularmente para obtener mejores resultados. Los objetivos claramente definidos producen mejores resultados.
Regla de oro: en caso de que le duela mientras está “ejercitando” un músculo, necesita un repaso de su técnica por parte de un entrenador o fisioterapeuta. La actividad dolorosa no supervisada puede empeorar la enfermedad.
Un enfoque multidisciplinario que incluya al médico del dolor, fisioterapeuta, ortopedista, nutricionista y terapeuta conductual funcionará mejor.
