Es imposible determinar cuál es mejor y depende del ciclo sueño-vigilia al que está acostumbrado. Nuestra composición genética, que se ha transmitido para su uso durante siglos, juega un papel clave en la determinación de nuestro ciclo de sueño. Dicho esto, cada uno tiene sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, los Night Owls son más propensos a la depresión y la ansiedad debido a la menor cantidad de materia blanca en el cerebro que es responsable de restringir la movilidad de la serotonina y la dopamina, además de niveles más altos de cortisol.
Se sabe que reaccionan de forma exagerada en comparación con sus contrapartes iniciales. Pero se cree que los noctámbulos son más audaces y toman riesgos debido a los niveles más altos de cortisol. Tales como apuestas financieras más grandes, inversiones más riesgosas, etc.
Las aves tempranas, por otro lado, tienden a drenar su energía más rápido y pueden no funcionar de manera óptima. Deben participar en diversos ejercicios para mantener y mantener niveles de energía más altos
En resumen. Ninguno es mejor: cada uno tiene sus pros y sus contras. La necesidad, sin embargo, es abrirse más y aceptar estas diferencias en los ciclos naturales de sueño-vigilia, especialmente nuestros padres.