Es posible que durante la etapa placentaria del desarrollo, en el que los interferones y anticuerpos de la madre ayuden a entrenar el sistema inmunitario del feto contra la enfermedad, no se transfirieran con éxito a través de la placenta al feto en desarrollo, haciendo que el sistema inmune del niño se vea en desventaja.
Muchos factores, entre los que se incluyen la genética y la leucemia en los trastornos de la sangre blanca o el funcionamiento incorrecto del bazo, pueden influir en el desarrollo del sistema inmunitario del feto, lo que hace que contraiga infecciones bacterianas con bastante frecuencia.