Las bacterias son atraídas hacia las señales básicas, ya sean lípidos, proteínas u otras moléculas pequeñas, que las hacen moverse hacia el origen de la señal. Las bacterias pueden subir o bajar un gradiente de señal, dependiendo de si la señal causa repulsión o atracción. Se han identificado y estudiado algunos receptores quimiotácticos. En algunas bacterias, los principales receptores que facilitan la quimiotaxis están relacionados con una quinasa que fosforila una proteína llamada CheY que luego interactúa con el flagelo. [1] Se impulsan aprovechando los gradientes iónicos (diferentes concentraciones de iones en el interior y el exterior de la célula que hace que los iones deseen fluir hacia el exterior) para “potenciar” al flagelo. [2] Un mecanismo básico de movimiento bacteriano implica el movimiento en sentido horario y antihorario de los flagelos, que controla el movimiento recto y el giro, respectivamente. Otro apéndice, llamado pilus, es útil para adherirse a las superficies y puede ser importante para aprovechar las estructuras ya colocadas.
Notas a pie de página
[1] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc…
[2] Un motor rotativo impulsa el movimiento bacteriano