¡Perdí el tornillo / pestillo de mis pendientes!
Puede sonar tonto, pero aquellos que han pasado por una situación de perder el respaldo de sus pendientes preferidos entenderán lo que quiero decir.
Aquí hay una lista de las experiencias que debes atravesar para vivir esta pesadilla:
- Te estás preparando para una boda, ya tarde. Estás todo listo, excepto por llevar tus pendientes. La pieza de metal se ajusta perfectamente a la perforación, y como está a punto de atornillar el extremo, suelta el tornillo, accidentalmente. Arrancas toda la habitación en dos, pero la pequeña molestia no se encuentra en ningún lado. Ahora, buena suerte al llegar a la boda a tiempo.
- Llevas tu anillo de oído favorito a la escuela y os haces alarde de él a todos los que conoces, sin vergüenza. Lo suda en la hora del juego y cuando regresa a casa, ¡descubre que falta un arete! El pequeño (el pestillo, por supuesto) se ha escapado y el pendiente se ha escapado al costado. Ahora, buena suerte para explicarle a tu madre dónde te lo perdiste. No olvides las burlas que te esperan cada vez que uses un nuevo semental.
Es una broma. La vida podría darte un millón de pesadillas cada día, pero asusta a las pesadillas con tu calma. En cualquier caso, ¡mantén el pánico a raya!
Excepto cuando pierdes el tornillo de tu pendiente. Si eso sucede, puedes volverse loco, pero de alguna manera encuentras ese maldito pedazo de metal.