Personalmente, me ayuda despertar antes, aunque a costa de hacer el esfuerzo de dormir temprano.
Me encanta ir a correr en las primeras horas de la mañana (alrededor de las 3 a.m. a.m. a.m. a.m. a.m.), es tranquilo y podría concentrarme fácilmente en la larga distancia con poco o ningún tráfico. Por supuesto, no es sin desayuno y tal.
Además de los recorridos regulares de la mañana, las mañanas en las que paso consisten en leer y escribir notas breves, planificar los planes que tengo para el resto del día. Básicamente, me ayuda a organizarme todos los días, así como a poner en marcha mi cerebro por el día.
Sin embargo, hay contras, mi reloj corporal / ritmo circadiano se atornilla, aunque rara vez. Es realmente penoso dormir antes, pero cuando he completado todos mis quehaceres y tareas escolares más temprano en el día, me da la oportunidad de dormirme antes de lo habitual (alrededor de las 8 p.m. a las 9 p.m.).
Bueno, allá vas. Ese soy yo y no me arrepiento 🙂